A falta de dos meses para que se cumpla un año del despertar de nuestra conciencia colectiva que supuso el 15 de Mayo de 2011, y aunque "vayamos despacio porque vamos muy lejos" no deberíamos dejar de celebrar los muchos logros del movimiento.
"¿Logros? -dirán algunos- ¿Qué logros? El movimiento está dividido, las asambleas diezmadas, las calles y plazas vacías, las banderas partidistas han sustituido al bien común y algunos se replantean incluso la estrategia de la no-violencia." No siendo esto del todo falso, tampoco es toda la verdad. Sin duda el invierno y nuestras obligaciones laborales han hecho mella en nuestra presencia en las calles. También, las distintas elecciones nos han hecho descubrir nuestras simpatías partidistas y establecido diferencias entre nosotros, resulta que unos somos reformistas y otros revolucionarios, unos ponemos la libertad por encima de la igualdad, otros la justicia por encima de ambas cosas... en fin, hemos descubierto que es fácil coincidir en un eslógan pero no tanto en su interpretación. Vale, ¿y qué?
Todo esto no era menos cierto antes del 15 de Mayo de 2011. Aunque nos uniéramos ese día y en los días posteriores, ya sospechábamos que cada uno era de su padre y de su madre, lo que hizo grande esta revuelta, lo que convirtió Sol en el ágora, fue que por fin uno podía ser de su padre y de su madre y estar de acuerdo con el otro por lo que decía y no por lo que era. Pero situarse en un punto en que lo importante sea el qué y el cómo, y no el quién, no significa que no exista ese quién sino que no es relevante porque a todos anima un bien común.
"Democracia Real Ya: no somos mercancía en manos de políticos y banqueros." De esta divisa que nos unió me voy a quedar con un término: "mercancía". No somos objetos, sino sujetos, cada uno de nosotros es un fin en sí mismo y no un medio. Pero políticos y banqueros gobiernan nuestras vidas empleándonos para sus propios fines. ¿Qué exigimos pues? Ser los auténticos dueños de nuestro destino: exigimos libertad, autonomía. Exigimos nuestro derecho a autogobernarnos porque somos personas portadoras de dignidad y no mercancías, y por ello no puede comerciarse con nosotros, no puede especularse con nuestros votos ni con el dinero de nuestros impuestos. Somos un instrumento en manos de unos políticos ávidos de poder y de unos empresarios ávidos de dinero. ¿Todos los políticos se venden a cambio de poder y todos los empresarios anteponen el dinero a cualquier otra cosa? No. ¿Y por qué negarse entonces a perseguir a quienes sí lo han hecho y nos han sumido en la ruina?
Creo que una indignación semejante a la que expresa el párrafo anterior animó a muchos de los que salimos a la calle bajo la bandera del 15M, y unos objetivos que fácilmente pueden deducirse de dicho párrafo nos hicieron perseverar en la lucha. Los mismos objetivos que alcanzó la revuelta islandesa: justicia y libertad mediante la depuración de responsabilidades por la crisis y un proceso constituyente. ¿Por qué no centrarnos en esos objetivos?
Volvamos a las propuestas del 15M y sus logros. Son bastantes quienes niegan que existan tanto una cosa como la otra. Se acusa al 15M de proponer demasiadas cosas, y algunas de difícil cumplimiento, o de hacer propuestas contradictorias, o de no ponerse de acuerdo en qué proponer. Pero proponer muchas cosas no es proponer demasiadas si muchas son las cosas que hay que resolver. Y en cuanto a los logros, si alguno esperaba que desembocara el 15M en la Utopía de Tomás Moro más vale que se vaya desengañando. ¿Pero acaso no hay familias que siguen en sus casas en lugar de haber sido desahuciadas gracias al apoyo del 15M a la PAH, no se ha hablado de la dación en pago en el Congreso, no se discuten cambios en la Constitución referentes a la separación de poderes y la ley electoral? ¿Acaso se nos ha olvidado que hace tan solo un año los medios empleaban "anticonstitucional" como sinónimo de "antidemocrático"? ¿Logros del 15M? Incontables, pero pueden resumirse en la visibilización de injusticias antes ninguneadas y el saneamiento del vocabulario político. Temas que eran tabú ya no lo son. ¿Y qué decir de la resignación, que a efectos prácticos equivalía a complacencia, con que recibíamos los escándalos de corrupción? Saldrán impunes los corruptos de los juzgados, pero ya nunca más con el honor intacto si su conducta fue deshonrosa.
¿De toda esta amalgama qué se deduce? Que no queremos ser tratados como menores de edad a los que cada cuatro años se les deja elegir entre partido de fresa, de limón o de manzana verde, queremos participar activamente en nuestra vida política. Y que no aceptamos por más tiempo la impunidad: un programa político es un compromiso, manejar dinero público es un compromiso, y cuando uno se compromete hay que apechugar con las consecuencias del compromiso contraído. Exigimos responsabilidad: poder ser responsables de nuestro propio gobierno y que se hagan responsables de su malgobierno quienes nos han llevado a la situación actual.
El último paso, ¿cómo plantear esta exigencia de responsabilidad? Ese es el quid de esta entrada, dos propuestas que considero podrían ser consensuadas en los muchos foros del 15M (asambleas de barrio, twitter, facebook, virtualpol15M...), en sus organizaciones (DRY, Estado de Malestar, #NoLesVotes, Juventud sin Futuro...) y en general por todos sus integrantes. Y "consensuar" implica debatir, reformar, acordar... Se trata tan solo de un punto de partida para tratar de unir fuerzas en el movimiento con un fin común. ¿Debe por ello renunciar el 15M a otras iniciativas? En absoluto. ¿Pero no sería estratégicamente útil ir preparando una gran propuesta para el aniversario del 15M, para la gran manifestación del #12M12? ¿Nos piden concreción? Pues démosles concreción, sigamos quitándoles sus patéticas excusas.
Para proponer estas exigencias tengo en mente la indignación no solo de quienes nos decimos parte del 15M, sino que trato de incluir a muchos que no pertenecen al movimiento pero que comparten esa indignación. Que ocupemos el espacio público no quiere decir que seamos el público. Tantos como nos juntamos en Sol en su momento lo hacen cada quince días en el Bernabeu. Aunque nos juntásemos 500.000 en una plaza seguiríamos siendo un porcentaje ridículo del censo, incluso del censo electoral, incluso (a efectos de cálculo de mayorías) del total de votantes. Nunca podremos presumir de un grado de participación en nuestras acciones semejante al del voto de algún partido mayoritario, pero sí hemos podido presumir de porcentajes de apoyo en torno al 73% a nuestras propuestas, fueran estas muchas, pocas, contradictorias o irrealizables. Así pues, a la auténtica mayoría de los ciudadanos debemos dirigirnos y por ello propongo lo siguiente:
- Exigir responsabilidades a los causantes de la crisis mediante la creación de una comisión de investigación. Basta ya de que paguemos la crisis quienes la sufrimos y no quienes la crearon.
- Exigir una ampliación de la participación ciudadana de tal forma que haya decisiones que no puedan tomar los gobiernos sin consultar a la ciudadanía. Basta ya de que nuestros votos sean cheques en blanco.
Creo que una indignación semejante a la que expresa el párrafo anterior animó a muchos de los que salimos a la calle bajo la bandera del 15M, y unos objetivos que fácilmente pueden deducirse de dicho párrafo nos hicieron perseverar en la lucha. Los mismos objetivos que alcanzó la revuelta islandesa: justicia y libertad mediante la depuración de responsabilidades por la crisis y un proceso constituyente. ¿Por qué no centrarnos en esos objetivos?
Volvamos a las propuestas del 15M y sus logros. Son bastantes quienes niegan que existan tanto una cosa como la otra. Se acusa al 15M de proponer demasiadas cosas, y algunas de difícil cumplimiento, o de hacer propuestas contradictorias, o de no ponerse de acuerdo en qué proponer. Pero proponer muchas cosas no es proponer demasiadas si muchas son las cosas que hay que resolver. Y en cuanto a los logros, si alguno esperaba que desembocara el 15M en la Utopía de Tomás Moro más vale que se vaya desengañando. ¿Pero acaso no hay familias que siguen en sus casas en lugar de haber sido desahuciadas gracias al apoyo del 15M a la PAH, no se ha hablado de la dación en pago en el Congreso, no se discuten cambios en la Constitución referentes a la separación de poderes y la ley electoral? ¿Acaso se nos ha olvidado que hace tan solo un año los medios empleaban "anticonstitucional" como sinónimo de "antidemocrático"? ¿Logros del 15M? Incontables, pero pueden resumirse en la visibilización de injusticias antes ninguneadas y el saneamiento del vocabulario político. Temas que eran tabú ya no lo son. ¿Y qué decir de la resignación, que a efectos prácticos equivalía a complacencia, con que recibíamos los escándalos de corrupción? Saldrán impunes los corruptos de los juzgados, pero ya nunca más con el honor intacto si su conducta fue deshonrosa.
¿De toda esta amalgama qué se deduce? Que no queremos ser tratados como menores de edad a los que cada cuatro años se les deja elegir entre partido de fresa, de limón o de manzana verde, queremos participar activamente en nuestra vida política. Y que no aceptamos por más tiempo la impunidad: un programa político es un compromiso, manejar dinero público es un compromiso, y cuando uno se compromete hay que apechugar con las consecuencias del compromiso contraído. Exigimos responsabilidad: poder ser responsables de nuestro propio gobierno y que se hagan responsables de su malgobierno quienes nos han llevado a la situación actual.
El último paso, ¿cómo plantear esta exigencia de responsabilidad? Ese es el quid de esta entrada, dos propuestas que considero podrían ser consensuadas en los muchos foros del 15M (asambleas de barrio, twitter, facebook, virtualpol15M...), en sus organizaciones (DRY, Estado de Malestar, #NoLesVotes, Juventud sin Futuro...) y en general por todos sus integrantes. Y "consensuar" implica debatir, reformar, acordar... Se trata tan solo de un punto de partida para tratar de unir fuerzas en el movimiento con un fin común. ¿Debe por ello renunciar el 15M a otras iniciativas? En absoluto. ¿Pero no sería estratégicamente útil ir preparando una gran propuesta para el aniversario del 15M, para la gran manifestación del #12M12? ¿Nos piden concreción? Pues démosles concreción, sigamos quitándoles sus patéticas excusas.
Para proponer estas exigencias tengo en mente la indignación no solo de quienes nos decimos parte del 15M, sino que trato de incluir a muchos que no pertenecen al movimiento pero que comparten esa indignación. Que ocupemos el espacio público no quiere decir que seamos el público. Tantos como nos juntamos en Sol en su momento lo hacen cada quince días en el Bernabeu. Aunque nos juntásemos 500.000 en una plaza seguiríamos siendo un porcentaje ridículo del censo, incluso del censo electoral, incluso (a efectos de cálculo de mayorías) del total de votantes. Nunca podremos presumir de un grado de participación en nuestras acciones semejante al del voto de algún partido mayoritario, pero sí hemos podido presumir de porcentajes de apoyo en torno al 73% a nuestras propuestas, fueran estas muchas, pocas, contradictorias o irrealizables. Así pues, a la auténtica mayoría de los ciudadanos debemos dirigirnos y por ello propongo lo siguiente:
- Exigir responsabilidades a los causantes de la crisis mediante la creación de una comisión de investigación. Basta ya de que paguemos la crisis quienes la sufrimos y no quienes la crearon.
- Exigir una ampliación de la participación ciudadana de tal forma que haya decisiones que no puedan tomar los gobiernos sin consultar a la ciudadanía. Basta ya de que nuestros votos sean cheques en blanco.
Hay partidos de diverso signo que ya han hecho propuestas semejantes en el Congreso de los Diputados y fuera de él, y no son irrealizables. Se trata de propuestas de carácter formal, políticas pero no partidistas, no programáticas (no es necesario tener una ideología concreta para suscribirlas). Si decimos que somos el 99%, tratemos de hacer propuestas para el 99%, a ver si por querer afinar más de la cuenta nos vamos a ir dejando porcentajes de ciudadanos por el camino.
Por supuesto esta propuesta es una más, y lo que la legitimaría sería que fuera de muchos, que fuera de todos y no mía, porque está hecha con el ánimo de que pueda ser de todos, de que pueda llevarnos a un consenso entre las muchas sensibilidades del 15M y más allá del 15M. Por ello si te gusta y te parece pertinente, lleva esta propuesta a la asamblea de tu barrio, a tus amigos, a tu partido, a tus representantes, a tu asociación de vecinos, a tus sindicatos, a las redes sociales. Hazla tuya, debátela, modifícala. Preparemos un 15M de 2012 que sea sonado, con una gran propuesta de consenso.
Aquí un manifiesto en GoogleDocs que busca servir de documento de trabajo para lograr ese consenso.
Puedes contribuir a la difusión de esta iniciativa votándola en menéame, en propongo15M o en VirtualPol15M.